Publicado el 24 agosto, 2021 de ruralidadescolimenses
De acuerdo al INEGI, en los últimos cinco años nuestro estado Colima ha ocupado los primeros lugares nacionales con mayor incidencia de cáncer de mama y próstata. El termino cáncer engloba a un grupo de más de 100 diferentes tipos de la enfermedad que tiene como característica principal el rápido y desordenado crecimiento de células anormales.
En ese sentido el panorama epidemiológico de los cánceres atendidos en el Instituto Estatal de Cancerología entre 1996 y 2018, habla de que las primeras cinco causas de morbilidad por tumores malignos son el cáncer de mama (21%), de cuello uterino (16%), de piel (10%), de cabeza y cuello (6%), y de próstata y de colorrectal (5%).
Además, el comunicado de la Secretaría de Salud emitido el 3 de febrero de 2019 argumenta que en los últimos cinco años se ha tenido un comportamiento ascendente con un promedio anual de 533 nuevos casos.
Los anteriores datos resultan alarmantes, dado el crecimiento exponencial de casos registrados en la entidad, por lo que es necesario problematizar el tema y realizar una reflexión colectiva en la cual visibilicemos las posibles causas de tan terrible enfermedad terminal. Para ello encontramos que la Organización Mundial de Salud desde el año 2015 acepta que el glifosato es “probablemente cancerígeno para los seres humanos”.
Pero, ¿qué es el glifosato?
El glifosato es un compuesto químico tóxico y principal ingrediente activo de herbicidas, se utiliza para eliminar a la mayoría de las plantas, o lo que la agroindustria llama “malas yerbas”, se utiliza comúnmente en la preparación de la tierra para la siembra, con el fin de limpiar el terreno. Dicho producto es comercializado desde 1974 y fue creado por la transnacional Monsanto, sí, la misma compañía que recientemente se fusionó con la farmacéutica BAYER. Curiosa fusión, pues por un lado nos enferman con el uso de agrotóxicos y sus semillas transgénicas y por el otro nos ofrecen la cura, negocio redondo a costa del bienestar colectivo de la humanidad, capitalismo.
La evidencia científica demuestra cómo a raíz de la llamada “revolución verde” los casos de cáncer se han incrementado en todo el mundo y aún la tendencia es al alza, lo grave es que dichos productos cancerígenos se encuentran en el mercado disponibles para su adquisición sin mayor impedimento y seguimiento alguno. Diversos testimonios nos dan cuenta de cómo incluso amas de casa llegan y piden algo para la yerba, los vendedores sugieren dichos productos. Desde 100 pesos mexicanos (5 dls) cualquiera puede adquirir 1 litro de herbicida marca “takle”.
¿Por qué nos dicen que cerveza, galletas, y diversos productos vienen contaminados con glifosato?
La respuesta a la pregunta anterior se explica debido a que en el mercado existen diversos herbicidas con variabilidad de concentración, uno de los que literalmente matan todo, es el “Faena Fuerte”, el más recomendado para garantizar eficacia en la eliminación de la maleza. Por si fuera poco, contiene una sustancia llamada “transorb” la cual no es lavable, es decir que pueden pasar diferentes temporales y el agroquímico cancerígeno queda impregnado. Por ello es que se explica su presencia en diversas frutas o productos industrializados, afectando gravemente la salud y contaminando el medio ambiente, puesto que la disminución de poblaciones de insectos, aves y anfibios se ha relacionado con el uso indiscriminado de este agroquímico.
Es por ello la urgencia de generar alternativas a los herbicidas agrotóxicos, como el herbicida orgánico experimentado y comprobado por el campesino agroecológico Melchor Pimentel Rodríguez, integrante de nuestro colectivo Frente en Defensa del Maíz, quien utiliza como fórmula ¼ de sal fina por cada litro de vinagre y jabón líquido, la cual nos recomienda debe ser rociada cuando haya sol, lo mejor es que el costo es por mitad de los que envenenan los suelos.
Debemos tener presente que fue durante los gobiernos neoliberales que se fomentó e impulso una política pública alineada a las transnacionales sin importarles el bienestar de los mexicanos. Por ello celebro que el gobierno de la Cuarta Transformación pone al centro a las personas y sus territorios, a la vez que se inicia una eliminación gradual en cuatro años la importación de glifosato. A la par se trabaja en iniciar con los lineamientos para un plan nacional de transición agroecológica, así como la emisión de un decreto anunciado por el ex Secretario de Medio Ambiente Víctor Toledo, en el cual se prohíbe la siembra de maíces transgénicos en México. Un paso importante para lograr la soberanía alimentaria que nos arrebataron los gobiernos entreguistas.
https://www.jornada.com.mx/2020/09/19/delcampo/articulos/ruralidades-colimenses.html