NATURALEZA.AR – 16/10/2024 – Fernando Cabaleiro
Entrevista a Monserrat Tellez de la Fundación Semillas de Vida de México a raíz de la contienda México-USA por la prohibición del Maíz Transgénico en tierras mexicanas.
Monserrat Tellez.
A inicios del año 2023, el Gobierno de México prohibió el uso de semilla de maíz transgénico para siembras agrícolas con el objeto de proteger la salud del pueblo mexicano y su riqueza biocultural. México es centro de origen del Maíz. Ante ello Estados Unidos, invocó el Tratado de Libre Comercio (que lo une con México y Canadá) denunciando que dicha prohibición lo viola, para lo cual solicita la conformación de un Panel para resolver la controversia, a la que se sumó Canadá tomando partido por la posición norteamericana. El decreto de la Presidencia Mexicana es el corolario de una lucha que tuvo su centro de inicio en la sociedad civil hace más de una década atrás con la Campaña Sin Maíz no hay País y luego con una demanda colectiva en defensa del Maíz nativo, que logró ponerle freno a la versión transgénica en tierras mexicanas, y que ahora debe sortear un nuevo obstáculo, ante el planteo estadounidense. Una resistencia que tiene que ver con la identidad biocultural de un pueblo. Monserrat Téllez, en nuestra visita a México, nos da un pantallazo de la situación.
¿Cuándo nace la Fundación Semillas de Vida?
Fundación Semillas de Vida se funda en el mismo contexto que nace la Campaña sin Maíz no hay País, pues empiezan a surgir organizaciones de la gente que se está movilizando a partir del año 2006. La organización se constituye formalmente en el año 2007 y desde entonces hemos atendido el primer eslabón de toda la problemática alimentaria que es la semilla, lo que nosotros decimos es que una alimentación sana debe de ser desde la semilla y que las semillas deben de conservarse en manos campesinas. Porque si las pensamos fuera de los sistemas culturales productivos campesinos, nos ubicamos ya en otras dinámicas que están apegadas a la industria. Lo que decimos es que para conservar la soberanía alimentaria la diversidad genética y cultural, las semillas tienen que estar en manos campesinas libres de toda propiedad intelectual, entonces trabajamos en distintos proyectos por ejemplo con la instalación de fondos comunitarios de semillas acompañamos esos procesos siempre en las manos completamente de las comunidades.
Bueno, ahora los tiene en esta lucha crucial por la Soberanía Alimentaria en la defensa del Maíz nativo mexicano.
Esta lucha hoy que está llevando adelante México es muy importante no solamente para México sino para todo el continente con la campaña nacional sin Maíz no hay País pues es un movimiento que responde a los cambios estructurales que comenzó a tener la agricultura en México en la década de los 90 principalmente desde luego de la entrada del tratado de libre comercio que impactó en el fondo de la estructura productiva agrícola en nuestro país.
La gente empezó a movilizarse pues no solamente se abren las barreras hacia la importación de productos que vienen a precios dumping, es decir, mucho más bajos de lo que incluso cuesta producirlos y que hacen que pues la producción nacional no pueda competir contra esos productos pero también vino acompañado de una serie de políticas que comenzaron a desestructurar todo el sistema Público de fomento a la producción nacional, dirigida también al sector campesino, que es el sector social que sostiene la Alimentación en nuestro país y que además alberga la cultura y todo el patrimonio biocultural, no solamente en la riqueza genética sino hasta las cocinas tradicionales mexicanas.
Un proceso de desmantelamiento del sistema de políticas públicas alimentarias, tal como se aplicó en Argentina en los años 90.
Exacto, se empieza a desestructurar todo este entramado público, se termina la productora Nacional de semillas, se termina con la investigación pública, y con todo eso vienen todas las afectaciones, como producto de la política neoliberal. En ese contexto la gente empieza a movilizarse y a principios de este siglo se empieza a impulsar el movimiento del campo, que no aguantaba más, que además alertaba ya los efectos que tendría la liberalización comercial de los granos básicos, con el dato de los estudios del Dr. Chapela del 2001 que alertaban la presencia de transgenes en variedades nativas de maíz este cultivo que es pues nuestra alimentación básica. Con todo ese movimiento que tuvo como corolario en una gran manifestación en el Zócalo, es que nace en el año 2003 la Campaña Sin Maíz no hay País.
El Maíz, lo vemos en todos lados, en cada esquina hay un puesto de tortillas de Maíz.
Claro, si tal cual, revisando cifras veíamos que frente a Estados Unidos que es el productor de este maíz que importamos, consumimos 11 veces más maíz, solo considerando el maíz blanco sin contar todos los maíces de colores que son la base de la alimentación de las comunidades campesinas indígenas de nuestro país y que también forman parte de las mesas de las personas no campesinas.- La comisión para la cooperación ambiental en 2004 corroboró el estudio de Chapela e identificó una contaminación genética en nuestros maíces y que venía en mayor medida de los Estados Unidos, es decir, llevamos ya décadas con este problema.
Hasta llegar a este punto de inflexión del Decreto de ponerle un coto al Maíz transgénico.
Claro el gobierno mexicano en 2023 lanza un decreto en febrero señalando que no queremos más maíz genéticamente modificado en donde el predominante es el de la tecnología transgénica en nuestra tortilla y en toda la industria de la masa es decir lo que nos comemos día con día. Este decreto establece restricciones a la importación del Maíz genéticamente modificado de Estados Unidos a lo cual el Gobierno norteamericano reacciona al amparo del tratado de libre comercio del TEMEC que tenemos con Estados Unidos y con Canadá denunciando que México está incumpliendo el tratado. En este marco se abre un procedimiento de solución de controversias que se contempla en el tratado a través de la constitución de Panel en donde Estados Unidos reclama a México la incompatibilidad de estas medidas con el tratado. Estados Unidos ya presentó su primer alegato. México también ya respondió señalando que hay una ausencia total de evidencia científica sobre la inocuidad, no hay un solo estudio que demuestre que el maíz transgénico no hace daño en las condiciones de consumo de la población mexicana que ya lo decía es 11 veces mayor que en Estados Unidos, es decir, es impensable que se apliquen los mismos estudios, que de hecho los estudios de aprobación en Estados Unidos son incompatibles con la población mexicana.
¿En el marco del Panel, participan las organizaciones?
Organizaciones de la sociedad civil no solo de México sino también de Estados Unidos hemos participado. Y hemos señalado en opiniones que presentamos al Panel, esta ausencia de evidencia científica de parte de Estados Unidos y respondiendo por el contrario sobre las evidencias en contra y sobre algo muy importante que Estados Unidos por ejemplo evita por completo hablar que es la indisociable asociación del Maíz genéticamente modificado con herbicidas como el glifosato y otros como el 2,4-D, Dicamba, Glufosinato. Estados Unidos quiso evitar esta discusión pero nosotros señalamos al Panel que no es posible hablar de maíz genéticamente modificado sin hablar de estos herbicidas. Y además que han sido etiquetados como altamente peligrosos, sobre eso hay bastante evidencia.
¿Qué alega Estados Unidos?
Estados Unidos lo que alega es que tienen procedimientos internos de evaluación de riesgos que pues comprueba la inocuidad de estos productos, sin embargo lo que nosotras decimos es que ninguno de esos estudios se consideran las condiciones de consumo en la población mexicana es decir esos estudios no son válidos.
¿En su presentación, las autoridades norteamericanas han exhibido los estudios que las empresas presentan para obtener las autorizaciones de liberación comercial de sus variedades de maíz transgénico?
Desde luego que no. Hay una sección que es minoritaria del escrito Estados Unidos en donde hablan de las bondades de la biotecnología, son estudios que desde Semillas de Vida identificamos que son financiados por las empresas como por ejemplo Corteva Science que es la segunda corporación más grande del mundo en términos del mercado de semillas o que se apoyan en blogs de organizaciones de la sociedad civil que apoyan los organismos genéticamente modificados, es decir, presentan conflictos de intereses. Por lo tanto hay una ausencia de evidencia tremenda y no se está dando por parte de Estado Unidos una discusión con base científica, porque además hay que decirlo no existen estudios para el consumo de la población mexicana, en México consumimos tres veces al día Maíz, desayunamos comemos y cenamos maíz, en términos generales , es como medio kilo en per cápita de consumo al día de maíz ,es incomparable con otros países, en términos de la de la FAO somos el segundo país que más consume después de Malagua que es un país muy pequeñito.
¿Se hace mención en la presentación de Estados Unidos sobre como neutralizar los riesgos de contaminación genética que implica la liberación ambiental del maíz transgénico para las variedades nativa del maíz mexicano?
No, es algo que no se menciona. Desde México y las organizaciones sociales que estamos participando de México como Estados Unidos hemos señalado, que no es nueva esta conversación sobre el flujo génico que es de tipo de introgresión transgénica que ya ocurrió en nuestro país y nosotros lo que nos preguntamos ¿quién se queda con esos riesgos? pues Estados Unidos no asume en lo más mínimo la responsabilidad ni de hacer las evaluaciones ni de qué pasa después de que este riesgo se transforma en un daño, sin embargo México si se queda con ese riesgo. ¿Qué implica la introgresión transgénica? Pues que hay que estar monitoreando todo el tiempo, qué pasa luego con esos genes, cómo se va complejizando los vínculos que hay con otros genes nativos, criollos efectos. Es decir, México tiene que afrontar esos aspectos con el riesgo de pérdida total y Estados Unidos no tiene ninguna responsabilidad y por el contrario pone la carga de la prueba en México y lo que nosotros decimos quien está promoviendo la tecnología es Estados Unidos y sus empresas tienen que demostrar que no hace daño para que nosotros compremos.
En Argentina se utiliza para justificar la inexistencia de riesgo ambiental en la liberación del Maíz Transgénico, el principio de coexistencia fabricado por el agronegocio especialmente para el maíz a sabiendas de la inevitable contaminación cruzada. Según ese principio el maíz tradicional debe soportar un determinado nivel de contaminación transgénica, para permitir su coexistencia con las variedades modificadas genéticamente. En el intercambio de opiniones ante el Panel, ¿se invoca ese principio?
Qué bueno que lo mencionas es como que cambiamos la definición y se arregla el problema. Bueno hay que decir que en el TEMEC hay una disposición que en México se percibe como un beneficio que no ha sido cumplido por Estados Unidos y es el concepto de la presencia en bajos niveles.
Este concepto habla de que la tecnología en el país receptor tiene que pasar por inadvertida. Y entonces lo que nosotros decimos es que eso no está pasando, porque aquí está demostrada que la introgresión transgénica no pasó desapercibida ya que no es un beneficio de México, con lo cual Estados Unidos no está cumpliendo. Es una disposición que aunque se puede percibir como un pasito hacia delante en las obligaciones y en la responsabilidad que tendría que tomar Estados Unidos sobre las tecnologías que está promoviendo y obligando a otros países a consumir pues no está cumpliendo y varias organizaciones lo mencionamos desde antes incluso de que se presentaran los escritos oficiales de los países.
Concretamente le decíamos a la Secretaria de Economía que lo que tiene que hacer México es contrademandar a Estados Unidos porque tampoco cumplen con esta disposición del TEMEC que es que pasen por inadvertidas sus tecnologías en nuestros en nuestras variedades. Sin embargo se sigue, desde luego basándose toda la narrativa estadounidense en la equivalencia sustancial y lo que nosotros decimos es que no pueden ser equivalentemente sustanciales ligados justo a las propiedades nutricionales y lo ejemplificamos con distintas preparaciones del maíz en México que con un maíz genéticamente modificado no se pueden hacer ciertos atoles ciertas masas, entonces decimos es evidente que no son lo mismo, no pueden ser equivalente sustancial.
Además esto está ligado al patrimonio biocultural porque la diversidad de preparaciones que se pueden hacer y de usos que se le da a cada variedad de maíz es tan grande casi como cada localidad en la cual se produce y consume maíz. Porque esas variedades que se han conservado, están ligadas al consumo, a lo que nos gusta consumir en cada localidad, lo que consideramos que nos nutre más que nos sostiene la vida cotidiana. Y si se ven dañadas estas variedades como tú mencionabas con cualquier nivel de contaminación ya no es lo mismo y se está dañando ese patrimonio como son las cocinas tradicionales mexicanas.
Andrés Carrasco nos decía que la contaminación genética es una cuestión binaria, es decir, es o no transgénico por la presencia o ausencia de un transgén. Por eso, es absurdo, por no decir burdo, considerar que un maíz tradicional no es OGM, aun cuando esté contaminado con transgenes. Es un equivalente a la falacia de que la dosis hace al veneno, acá sería algo así como el nivel de transgénes hace al transgénico.
Exacto. Lo que se puede decir por el contrario de esta afirmación de que no pasa nada en ciertos niveles, o sea que eso no se considera contaminación, es el asunto de que tampoco se han presentado evaluaciones de riesgo cuando tenemos eventos apilados en un mismo Transgénico. Pues no vale presentar como un todo a cada evento por separado con su análisis de riesgo, la naturaleza interactúa de una manera compleja, no es lo mismo analizar A más B que analizar A y B por separado, por eso nosotros decimos es que la evaluación tendría que ser el caso por caso y además en cada entorno porque hay otro aspecto importante además que tiene que ver con las interacciones en los biomas, o sea, qué pasa con el entorno no es lo mismo esa semilla con cinco o seis eventos aquí que acá, en el norte que en el sur de México, entonces todas esas complejidades tienen que ser consideradas cuando hablamos de evaluación de riesgo y eso nos parece que México puede decir es un riesgo que yo no quiero correr ni asumir.
Otro aspecto importante son las obligaciones internacionales de México respecto a los tratados internacionales como el Convenio de Diversidad Biológica y sus protocolos adicionales. ¿Se pone en análisis esos puntos?
En la defensa de México, pero también en la opinión de Semillas de Vida se señala que el propio TEMEC obliga a las partes a cumplir con sus compromisos internacionales. Y señalamos desde luego México es parte del Convenio de Diversidad Biológica, del protocolo de Nagoya y el Principio 15 la Declaración de Río. Todos estos elementos internacionales que México tiene que atender, tiene base en el propio tratado. Es decir ni siquiera es que estamos sacándonos de la manga que tenemos que cumplir con ellos, es reconocido por el propio tratado estos compromisos medioambientales que México tiene que cumplir. Y además estos compromisos internacionales, en términos internos, no es algo nuevo. Estados Unidos por ejemplo señala que hubo un cambio de gobierno y que no hubo nueva ciencia, simplemente hubo un cambio de gobierno y cambia la posición de México, cosa que es mentira, ya teníamos todo este repaso desde principios de siglo que mencionábamos, en el año 2001 Chapela encuentra la introgresión transgénica, este informe del 2004 de la CCA que señala cuáles son los riesgos, y cómo se pueden mitigar estos riesgos como sería el freno a las importaciones y luego viene toda la discusión que se ha dado con la demanda colectiva contra el maíz transgénico desde hace 10 años, en donde el propio gobierno mexicano ha tenido un enfoque precautorio. Hay una medida cautelar entonces no es una cosa nueva sino que no solo con los compromisos internacionales sino que a nivel interno tenemos reglamentaciones que cumplir y disposiciones que cumplir también. la ley de fomento y protección del maíz nativo señalan que se tienen que proteger desde su producción, su comercialización y su consumo, cosa que toca por completo la materia del decreto y por tanto que aquello que se está discutiendo en el panel.
Una discusión que involucra a todos los países que luchan por su soberanía alimentaria.
Si, bueno en este contexto en el que nos encontramos como sociedad mexicana, es que estamos haciendo un llamado a todo el mundo, se trata de un problema que compete a todas y a todos, así como el trigo en Argentina nos compete a todas y a todos, el maíz mexicano les compete a todo el mundo. Debemos tener presente que México es centro de origen y de diversificación como Argentina lo es de diversificación del trigo, es decir variedades que ya son indisolubles de la cultura Argentina. Hablamos de bienes bioculturales como el maíz mexicano y el trigo argentino que son un acervo planetario que debemos defender.