La deforestación por agricultura es un problema global. La expansión de la tierra para cultivo impulsa más del 50 por ciento de la deforestación mundial.
Mateo Jurado 6 April 2022
La deforestación por agricultura es un problema global. La expansión de la tierra para cultivo impulsa más del 50 por ciento de la deforestación mundial, afectando principalmente a regiones tropicales. Esto es según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. El incremento acelerado de la población mundial significa una mayor demanda de alimento, y producir más no siempre se logra a través de la mejora del rendimiento de los cultivos. Por lo tanto, más y más áreas de bosque son taladas y transformadas en tierra para agricultura.
¿En qué regiones es intensiva la deforestación por agricultura?
La expansión de tierras de cultivo es causante principal de la pérdida de bosques en África y Asia. Más del 75 por ciento de la superficie forestal perdida en estas regiones ha sido convertida en tierra para la agricultura. Uno de los cultivos intensivos que contribuye a esta tendencia es la palma. La producción de aceite de palma ha aumentado para satisfacer la creciente demanda de aceites vegetales. Mientras que en 2010 se produjeron 46 millones de toneladas, en 2018, esta cifra alcanzó los 71 millones de toneladas a nivel mundial.
Indonesia y Malasia son los países en donde se produce la mayoría de este commodity. De hecho, el 84 por ciento de la producción de aceite de palma proviene de estas dos naciones. Consecuentemente, Indonesia perdió 10 millones de hectáreas de bosque húmedo primario en el período 2002 – 2020, lo que equivale una reducción del 10 por ciento. La principal causa de deforestación permanente en este país en los últimos 20 años es la expansión de la agricultura comercial.
Similarmente, Malasia perdió casi tres millones de hectáreas de bosque húmedo primario, equivalentes a una reducción del 17 por ciento en bosque húmedo primario. Al igual que en Indonesia, la agricultura comercial fue el principal motor de la deforestación permanente en este país. Como resultado, áreas de gran riqueza en biodiversidad se han visto amenazadas. Por ejemplo, Borneo, la tercera isla más grande del mundo, compartida por Indonesia, Malasia y Brunei, solo tiene la mitad de su cobertura forestal en pie. Esta isla es hogar de orangutanes, leopardos longibandos y elefantes pigmeos, entre otras especies para las cuales su supervivencia depende de los bosques.
¿Hay deforestación por agricultura en América Latina?
La demanda de soja también ha incrementado significativamente en años recientes, y Suramérica es uno de los focos de producción. Las toneladas globales de soja que se producen en la actualidad son más de 13 veces mayores que a principios de la década de 1960. Incluso, desde el año 2000, la producción se ha más que duplicado. En dicho año, se produjeron 161 millones de toneladas, en comparación con 349 millones de toneladas producidas en 2018.
A pesar de que en Suramérica casi tres cuartas partes de la deforestación se deben a la ganadería, el cultivo de soja también tiene un rol protagónico. En Argentina, el tercer país productor de soja en el mundo, más de 400 mil hectáreas de bosque húmedo primario se perdieron entre 2002 y 2020. Esto equivalió a una reducción de casi el 10 por ciento en área de bosque húmedo primario. Consecuentemente, en los últimos 20 años, la expansión de la agricultura comercial es la principal causa de deforestación permanente en Argentina, con importantes regiones amenazadas como el Gran Chaco.
En Brasil, el segundo país productor de soja, la producción también ha incrementado en mayor medida que el rendimiento de los cultivos. Esto significa que el país ha alcanzado sus niveles productivos a través de la expansión de tierra cultivada. Sin embargo, la deforestación de la Amazonía brasilera a causa de la soja muestra un rápido declive desde el 2009, luego de la introducción de la “Moratoria de la Soja”. Aún así, estudios sugieren que la deforestación, más que disminuir, simplemente se ha trasladado a otras regiones del país, como el Cerrado.
¿Cómo afecta la deforestación por agricultura a los bosques?
Los bosques son de vital importancia para el sustento de la vida en la Tierra y desempeñan un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático. Éstos proporcionan hábitats para las especies y medios de vida para los seres humanos. De hecho, alrededor de 1,6 billones de personas dependen de los bosques para su sustento, incluyendo 70 millones de indígenas. A esto se añade que los bosques ofrecen protección de cuencas hidrográficas y previenen la erosión del suelo.
A pesar de esto, aproximadamente cinco millones de hectáreas de bosque son deforestadas cada año en el mundo, principalmente en regiones tropicales. La producción de semillas oleaginosas, como la soja y la palma, es responsable por cerca del 20 por ciento de esta deforestación. Al alcanzar ciertos niveles críticos de deforestación, los bosques pueden sufrir daños irreversibles. Por ejemplo, el Amazonas ya ha perdido el 18 por ciento de su cobertura arbórea y está perdiendo un uno por ciento adicional aproximadamente cada tres años. Como resultado, muchos científicos consideran que este bioma está cerca de llegar a un punto de inflexión en el que comienza a secarse, dejando de funcionar como una selva tropical.
Por otra parte, la deforestación afecta a los bosques porque los convierte de sumideros de carbono a fuentes de más emisiones. Por ejemplo, la deforestación en Argentina dejó como saldo casi 47 millones de toneladas de CO2 emitidas en 2020. Brasil, por su parte, alcanzó casi dos billones de toneladas de CO2 emitidas a causa de la pérdida de bosque en el mismo año.
¿Cómo podemos evitar la pérdida de bosques?
Sabiendo que la agricultura es uno de los principales impulsores de la pérdida de bosque, es importante continuar mejorando el rendimiento de los cultivos. Al contar con cultivos cada vez más eficientes es más fácil incrementar la producción sin aumentar la extensión de tierra requerida. Por otro lado, teniendo en cuenta que más del 77 por ciento de la soja se destina a la alimentación de ganado para la producción de carne y lácteos, disminuir el consumo de carne es otra forma de contribuir. Finalmente, establecer protección especial para áreas de bosque nativo, como la Moratoria de la Soja en la Amazonía brasilera, también puede ayudar a reducir el desmonte de bosques.
La agricultura es responsable por más de la mitad de la deforestación mundial, y la soja y la palma hacen parte de los principales commodities causantes de esta tendencia. Indonesia y Malasia son regiones foco de deforestación por cultivo de palma, mientras que Brasil y Argentina pierden bosques a causa del cultivo de soja. Esto tiene repercusiones tanto en la biodiversidad, como en las funciones vitales que desempeñan los bosques para la subsistencia humana. Además, el desmonte de bosque tiene un impacto directo sobre el cambio climático, generando más emisiones de CO2 a la atmósfera.
Sin embargo, evitar la pérdida acelerada de bosques es posible a través de cambios en los hábitos alimenticios, el rendimiento de los cultivos y de más áreas protegidas. La agricultura no es el único motor de deforestación, no obstante, si se lleva a cabo de forma sostenible, los bosques del planeta tienen una buena chance de continuar en pie.