PIE DE PÁGINA | 17 abril, 2024 | Por Antonio Turrent Fernández1, Margarita Tadeo Robledo2, Alejandro Espinosa Calderón3
En las administraciones neoliberales, se insistió y ahora lo promueven, que la aportación de producción campesina es despreciable y que la suficiencia en producción de maíz, podría lograrse con la agricultura empresarial, lo que esta alejado de la realidad, la producción de alimentos y a la producción también de otros productos agrícolas se sustenta en los pequeños y medianos productores.
El concepto de mejoramiento genético autóctono (MGA) es una prolongación del pensamiento de Hernández X., según la interpretación de los autores de este documento. El trabajo de Hernández X., que se recoge en varias de sus contribuciones científicas, es producto de su exploración etnobotánica en México, Guatemala, Colombia, Ecuador y Perú, i.a.,: a) El campesino cultiva varios tipos de maíz (granos, texturas, colores, precocidades, etc.) de diferentes razas en sus predios; b) Es cuidadoso observador de la naturaleza, siempre en búsqueda del mejor maíz para cada nicho edafoclimático: ladera, suelo profundo o somero, fecha temprana o tardía de siembra, viento, sequía, helada, resistencia plagas, etc.; c) El productor conoce del efecto de la polinización entre plantas; conoce las diferentes fechas de floración de sus tipos de maíz; d) La mujer tiene el conocimiento preciso sobre el mejor tipo de maíz para cada uso específico, producto del consenso de la comunidad; ella se encarga de seleccionar la semilla para la siembra: aplica una alta presión de selección (1%); e) Intercambia su maíz con vecinos y trae materiales prometedores a veces desde grandes distancias para su prueba y eventual introducción como variedad o progenitor.
Este proceso más el flujo génico desde el teocintle local como donante de alelos de adaptación, condujo al desarrollo hasta la actualidad, de más de 60 razas nativas de maíz y centenares o miles de variedades dentro de cada raza nativa. Esta diversidad del cultivo resulta de la aplicación del Mejoramiento Genético Autóctono desde hace más de 6250 años. Puede verse como un megaexperimento en paralelo aplicado en más de dos millones de unidades de experimentación realizados por 62 grupos étnicos, que en la actualidad siembran más de cuatro millones de hectáreas anualmente. El objetivo común es el mejoramiento de la adaptación agronómica del maíz a la gran diversidad de nichos agroclimáticos del país, así como para su uso como alimento pluricultural, aprovechando al reservorio genético de la especie y del teocintle como fuente de alelos. Este mega experimento, en progreso constante, produjo a) las razas antiguas de las que siguen cuatro bajos cultivos: Palomero Toluqueño, Arrocillo, Nal Tel y Chapalote y b) las más de 60 razas nativas modernas de maíz. Este proceso es muy importante, porque la recombinación de los 50 mil genes de cada planta de maíz, con miles de plantas, en su entorno, generan combinaciones en los ambientes, donde interacciona la selección gamética y los factores que imprime el cambio climático. Es obvio que este reservorio contiene la memoria genética de adaptación a los eventos climáticos extremos que se presentaron durante los últimos 10,000 años, y también durante los cientos de miles y hasta millones de años de evolución de los ancestros del maíz. Si sólo 5,000 de los 50,000 genes que contiene el genoma del maíz fueran activos en la variabilidad genética de la especie y cada uno tuviera cinco alelos, el número de genotipos posibles de maíz sería de 103495, un número prácticamente infinito. Las dimensiones del megaexperimento de maíz conducido en México involucran a 1011 (100 millardos) de genotipos plantados cada año, que producen 5×1013 (50 trillones de semillas). De éstas, se selecciona 100 millardos como semilla para la siembra. En contraste, todas las semillas conservadas en los bancos de germoplasma del mundo reúnen 1010 (10 millardos de semillas, mantenidas en su mayoría, genéticamente inactivas). El número de genotipos no natos es prácticamente infinito, por lo que el Mejoramiento Genético Autóctono tiene un amplio espacio de exploración de genotipos que pueden ser agronómicamente prometedores.
Las calidades agrícolas de las tierras sembradas con maíz son muy variables en México. Hay casi tres millones de hectáreas de tierras de alta calidad agrícola (acondicionadas con riego y/o planas con muy buen temporal). El resto, más de 5 millones de hectáreas, reúne tierras de mediana, de baja calidad y marginales. Hay tres razones por lo menos por las que las razas nativas de maíz son insustituibles por los maíces mejorados actuales, tanto normales como transgénicos: 1) por su adaptación a las tierras de baja calidad y marginales, 2) como fuente de materia prima especializada para la pluricultural comida mexicana, y 3) por ser parte fundamental del reservorio de variabilidad genética de la especie en México.
La industria multinacional de semillas transgénicas (IMST) maneja como dogma que el binomio “Evolución Darwiniana-Biodiversidad intraespecífica” puede ser sustituida con ganancia por el binomio moderno “Ingeniería Genética-Biodiversidad interespecífica” en la producción y en la defensa y adaptación que implicará el cambio climático en la seguridad alimentaria mundial. También maneja como dogma, que la biodiversidad en el cultivo de alimentos ha de ser sustituida por uniformidad genética. De ahí que impulsan, hasta ahora con éxito en las Américas, la reducción de la diversidad genética del maíz, particularmente por la vía judicial. Si la IMST lograra en México hacer ilegal el intercambio de semilla de maíz y su autoproducción, lograría arrebatar la administración de los recursos genéticos de maíz a sus creadores legítimos. La IMST han intentado en 2012 y 2020, limitar el intercambio de semilla, promoviendo que México, sea ubicado en el Acta 91de la Unión Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales (UPOV), por fortuna sin lograrlo hasta ahora.
Un camino complementario del despojo a los creadores del maíz, sería el del avance de la contaminación transgénica, en el entorno en el que cualquier planta de maíz de maíces nativos que contenga eventos transgénicos protegidos con patentes, incluso de la contaminación no deseada, de polen que llegue a parcelas de maíces nativos, será propiedad intelectual de la industria, dueña de las patentes. Esta manera de conquistar el mercado de la semilla de maíz repetiría la historia de la conquista de México mediante los gérmenes como el de la viruela.
De la superficie total que se siembra de maíz en México, en el 75 %, se utilizan semillas nativas, la contaminación transgénica, consideraría irremediablemente la afectación de la diversidad genética en todas las variedades nativas en esa superficie. De acuerdo a la Subsecretaria de Autosuficiencia Alimentaria, de la SADER, la mayor parte de los productores son de pequeña y mediana escala, donde utilizan semillas nativas bajo el sistema milpa, maíz intercalado con frutales y sistemas agroforestales. Donde se produce mayoritariamente (60.3%) el maíz, que consumen los mexicanos. La mayoría de estos productores no usan glifosato o están, desde hace 5 años, bajo sistemas de transición agroecológica que les ha permitido prescindir o reducir al máximo el uso del glifosato y otros agrotóxicos, aumentando rendimientos y reduciendo costos de producción.
para garantizar la soberanía y la autosuficiencia, es en estas unidades donde está el futuro, para México, puesto que es ahí donde hay mayor posibilidad de aumento de rendimientos, para apoyo de la producción, desde niveles no de una ton ha-1, como se empeñan en denostar quienes cuestionan a estas variedades, pero si de 3.7 ton ha-1, dependiendo de la disponibilidad de humedad, tipo de suelo, fertilidad, hasta lograr una media superior a 6.5 ton ha-1, además de mantener la diversidad genética, sustentable, respetando el ambiente, de calidad de alimentos, sin destruir el ambiente, con maíces nativos y mejorados de investigación pública, excelente calidad nutritiva, en usos especializados de consumo, con base en la riqueza biocultural, en comparación a los granos, de los genotipos de corporaciones oligopólicas.
En las administraciones neoliberales, se insistió y ahora lo promueven, que la aportación de producción campesina es despreciable y que la suficiencia en producción de maíz, podría lograrse con la agricultura empresarial, lo que esta alejado de la realidad, la producción de alimentos y a la producción también de otros productos agrícolas se sustenta en los pequeños y medianos productores. La autosuficiencia y soberanía alimentaria se logrará seguramente en la nueva administración, con estrategias de apoyo integral al campo y con un sistema nacional de semillas, equilibrado, abastecimiento de este insumo y acceso de los mejores maíces nativos y mejorados, como merecen los productores de maíz y la población en México.
1 Investigador Nacional Emérito, S N I. aturrent37@tahoo.com.mx
2 Profesora de Carrera Titular C, FESC, UNAM. Nivel I, SNI, tadeorobledo@yahoo.com
3 Investigador Nacional Nivel III, S N I. espinoale@yahoo.com.mx